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domingo, 10 de junio de 2012

Artículo de Opinión: La motivación una necesidad de los estudiantes y un reto para los docentes

Artículo de Opinión
 
La motivación una necesidad de los estudiantes y un reto para los docentes

 

Dra. Sindy Vargas Abarca, M.Sc. Directora y Docente del Departamento de Ciencias Morfológicas de la Universidad de Ciencia Médicas (UCIMED).

Los docentes sabemos que los estudiantes necesitan estar motivados con el curso, para que logren adquirir las competencias que se desean desarrollar en el mismo. La motivación puede ser intrínseca o extrínseca, la primera viene de ellos mismos, de su deseo de aprender y alcanzar las metas que se han planteado; la segunda viene de factores externos tan diversos, como la actitud y relación con el profesor, el ambiente del salón de clases, las técnicas pedagógicas y cognitivas utilizadas, las relaciones interpersonales que desarrollan con sus pares, la condición socio-económica del país, las oportunidades para los profesionales jóvenes, el reconocimiento como ser integral, entre otras. Esta motivación es un reto para el docente, porque es similar al proceso de ser padre de familia, nadie te enseña cómo serlo y ser cada día un mejor, existe literatura al respecto, el padre puede dominar aspecto teóricos, pero cada hijo es único, a como cada estudiante es único. Como ocurre en las familias y con los hijos, los docentes se enfrentan a ciertos factores en los cuales no se pueden incidir, pero si realmente lo desean pueden influir en una gran mayoría.

En mi labor como docente de anatomía humana, tengo varios retos pero uno de los más importantes es cómo motivar a mis estudiantes, tomando en cuenta en que los estudiantes tienen que aprender la mayoría de la estructuras del cuerpo humano en el transcurso de un semestre. Otro de los factores que influye es que este es el primer curso propiamente de la carrera de medicina y los estudiantes todavía no están acostumbrados a la exigencia de la carrera o no poseen las competencias necesarias previas para autoregular su proceso de aprendizaje. Además el hecho de memorizar todas las partes del cuerpo, en la mayoría de casos puede resultar aburrido y tedioso, más aún si el docente no tiene la sensibilidad de explicarles la relevancia o la necesidad para su futura práctica profesional. Esto sumado a que las lecciones se llevan a cabo en la morgue, un lugar frío, lleno de cadáveres y con mal olor, principalmente a formalina, significan todo un reto.

Los docentes a veces no logran motivar a sus estudiantes por muchas razones, entre las que podemos citar, grupos de estudiantes numerosos por lección, desconocimiento de técnicas pedagógicas y cognitivas adecuadas, cansancio y aburrimiento, desmotivación del propio docente por diversas causas, falta de gratificación y reconocimiento por la jefaturas, actitud de los estudiantes, sistema educativo, tendencia educativas, escasez de herramientas tecnológicas, poco tiempo para la docencia, ya que en nuestro país esta actividad es tan mal remunerada, que la mayoría de docentes no puede dedicarse como fuente principal de ingresos o tiene que asumir muchas lecciones o cursos, para garantizar un salario digno. Pero existen muchos docentes que aún en las condiciones más adversas logran motivar a sus estudiantes con estrategias y herramientas simples, que están disponibles en la mayoría de los casos.

Los médicos sabemos que científicamente está comprobado que en toda estrategia terapéutica existe un efecto placebo, que logra que aproximadamente el 30% de los pacientes mejore, sin importar el tratamiento, es decir que no importa si se le indica al paciente tomar agua, pastillas de masa o azúcar, hierbas, medicamentos. Mi difunta abuela decía que le tenía tanta fe a un determinado médico, que con solo ir a verlo, se sentía mejor o se curaba. Pues esa famosa fe o empatía con el profesional que mencionaba mi abuela, es la que logra en muchos casos los resultados deseados, que a veces no se alcanza ni con los mejores medicamentos. Por esa razón es que actualmente durante la formación de los médicos, se hace mucho énfasis en la relación médico-paciente, ya se sabe que si el paciente se siente cómodo, comprendido, acompañado en su enfermedad, confiado en los conocimientos del médico, logrará superar mejor su enfermedad.

Conociendo este efecto, cuando inicié mi labor como docente, si planearlo poco a poco lo empecé a poner en práctica con mis estudiantes y los resultados fueron muy interesantes, estudiantes repitentes, me expresaban que estaban fascinados con la materia y estaban obteniendo excelentes calificaciones. Mi horario de lecciones uno de los más incómodos por ser horario nocturno, para estudiantes de tiempo completo que prefieren las clases en horario matutino, empezaron a llenarse, al punto de que muchos se esforzaban en los cursos previos por obtener excelentes notas y poder matricular en la noche. Los grupos de la noche pasaron de tener el promedio más bajo en comparación con los otros grupos y de tener a los estudiantes con peores calificaciones, a ser reconocidos como parte de los mejores grupos académicamente hablando y con estudiantes excelentes. El porcentaje de repitentes y deserción al inicio de mi gestión oscilaba alrededor de una 60 o 65% y al cabo del primer año ya había bajado a un 30%, el porcentaje de alumnos eximidos era nulo y al final del primer año aumentó a un 20%, y no creo que la razón radique en la calidad docente, pues mis conocimientos en esta área eran nulos. Estoy convencida que la mejoría radica en la motivación de los estudiantes, el hecho de que se les tratara como seres humanos integrales, de que el profesor conociera el nombre de cada uno y parte de su historia de vida, que los respetara y que les permitiera explotar su creatividad y espontaneidad hizo que se sintieran mejor y en un ambiente empático, que en medio de lo frío de una morgue y los cadáveres, encontraran calor fraternal y muchas razones para vivir y ser mejores profesionales. Los estudiantes lograron hacer un cambio interior, se motivaron y lograron encontrarle sentido a la materia, y esto se reflejó en la mejoría en las notas. Por eso es que creo que ese efecto placebo del que hablamos en medicina, se puede trasladar a cualquier actividad humana, en el caso de la docencia se le puede designar la relación entre el docente y los estudiantes, la cual puede ser un factor relevante en el proceso de enseñanza-aprendizaje, de manera positiva o negativa.

Sé que en la literatura existen muchos ejemplos de estrategias motivacionales que logran que los estudiantes se involucren de lleno en su propio proceso de aprendizaje, como los portafolios electrónicos, blogs, wikis, estudios de casos, entre otras. Sin embargo en lugar de hablar de alguna de ellas, quiero comentarles una estrategia que implementamos en las clases de anatomía, a la cual denominamos anato-antorchas, no es nada complejo ni con gran fundamento científico, solo consistía en un concurso que se desarrolla a lo largo de un eje temático, donde los estudiantes se agrupan por equipos o mesas de trabajo. Este concurso consiste en que en cada clase el profesor lanza preguntas a los estudiantes, obviamente estas preguntas han sido elaboradas con anterioridad, con cierta orientación clínica y reflexiva, de manera que puedan funcionar como preguntas generadoras. Posteriormente al que el profesor elabora la pregunta, el equipo que levante la mano primero y encienda el interruptor primero, tiene el derecho a contestar la pregunta y el profesor puede escoger a cualquiera de los miembros del equipo para responder la misma, que es lo que resulta innovador, así se evita que solo algunos de los integrantes del equipo conozcan la materia o elaboren el proceso de análisis. Se va llevando una clasificación general de equipos con puntaje en la pizarra, el cual se mantiene a lo largo del concurso y el equipo que resulta ganador, se le otorga el puntaje obtenido en una de las pruebas del curso.

Lo que realmente hace este concurso interesante y colaborativo, es que los estudiantes se ven motivados por el premio y por el reconocimiento de sus pares como ganadores. Por otro lado sin ellos saberlo desarrollan competencias de trabajo en grupo y colaborativo, ya que como no saben a cuál de los miembros del equipo le va a preguntar el profesor, se esmeran porque todos dominen todos los temas, entonces es gratificante ver como el que domina un tema especifico le explica a sus compañeros para que todos lo dominen y así sucesivamente. Inclusive cuando existe un estudiante que tiene bases un poco débiles de la materia, los otros se preocupan por ayudarlo a que se nivele con ellos y aquellos estudiantes con pocas competencias comunicativas, se ven motivados a desarrollarlas. Esta actividad ayuda a los estudiantes a dominar la materia y de esta manera logran apasionarse con la misma mediante la sana competencia. Además logran desarrollar competencias de trabajo en equipo, interpersonales y de comunicación.

La motivación intrínseca o extrínseca es un factor trascendental en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes, por lo cual si la misma está ausente, es menos probable que el mismo se desarrolle adecuadamente. Los docentes tienen un gran reto entre sus manos, y en muchos casos es una tarea muy difícil, que solo se logra cuando se ama y apasiona esta labor. Sin embargo como dice el refrán popular aunque una sola persona no pueda hacer un cambio, puede marcar una diferencia, y si el docente lo desea puede utilizar herramientas y estrategias simples que están al alcance de todos y lograrlo. Lo importante es aceptar el reto, ponerse la camisa y casarse con esta noble misión.